La
alimentación de nuestras mascotas es un tema al que debemos prestar
atención pues de ella dependerá en gran medida el desarrollo y la salud
de nuestro animal.
Los veterinarios frecuentemente somos testigos de diferencias entre los
miembros de una misma camada, normalmente los alimentados
adecuadamente presentarán un mayor tamaño y vitalidad, mejores defensas
ante las enfermedades, pelaje sano y brillante, heces firmes y
oscuras…
El tipo de alimentación depende de su edad, raza y estilo de vida. También es importante tener en cuenta otros factores como la fertilidad y su estado de salud.
La comida de gato es la favorita del perro, es sabrosa y tiene un olor
que los atrae… Pero aunque parezcan iguales, la comida de gato tiene un
alto contenido de calorías y proteínas que no son beneficiosas para el
perro. De la misma manera, la comida de perro no es saludable para tu
gato pues carece de la cantidad de grasa necesaria. Sería ideal que
comieran lo mismo, pero desgraciadamente la naturaleza los hizo
diferentes.
AGUA AD LIBITUM
Antes de comentar algunos aspectos que nos orientarán en la
alimentación que debemos dar a nuestras mascotas, no olvidemos éstas
deben de tener acceso permanente a agua limpia, no solamente durante
las comidas. Prestaremos especial atención durante el calor del verano y
también en el invierno cuando las heladas pueden impedir que nuestros
animales se hidraten correctamente si viven al aire libre en jardines o
fincas.
¿Comida casera o comercial?
Muchos veterinarios preferimos el alimento a la venta en el
mercado en vez del casero, pues la comida comercial contiene todos los
nutrientes que tu mascota necesita de forma equilibrada, sin
condimentos o excesos que podrían dañar su salud.
La mejor opción es usar productos de gama alta que
contienen todos los nutrientes básicos y utilizan materias primas de
calidad en sus carnes y pescados, aceites vegetales y animales,
cereales, frutas… controlando bajos los niveles de azúcares y sales.
Estos detalles se reflejan obligatoriamente por ley en las etiquetas y
debemos consultarlos antes de decidirnos por una marca u otra.
Referente a la opción alimentar a nuestras mascotas con
comida casera, es menos recomendable, pues resulta difícil administrar
una dieta equilibrada con alimentos hechos en casa, ya que se tiende
al exceso de carbohidratos. En el caso de preferir una dieta casera
deberá ser comida especialmente preparada para ellos, nunca recurriremos
a las sobras, lo mejor es que tu veterinario te facilite algunos menús
adecuados.
Por ejemplo, podemos alimentar a nuestro gato con carne
(asada o cocida y sin huesos) o pescado (cocido y sin espinas)
aderezado con algún vegetal, pasta o arroz. De vez en cuando podemos
darle alguna sardina en conserva o incluso embutido siempre que sea
cocido, como jamón york o pavo.
Cuando das a tu mascota un buen alimento, no es necesario
que agregues ningún otro ingrediente pues estarás cambiando el
equilibrio perfecto que existe en el alimento original. No está mal dar
una golosina de vez en cuando, pero no todos los días y en cada
comida.
Además, como los alimentos caseros suelen ser más sabrosos,
el animal intentará comer solo eso y dejará el pienso de mayor valor
nutricional.
Debemos tener en cuenta que en algunas momentos de la vida
del animal será necesario administrarle dietas especiales por alguna
enfermedad o simplemente porque nuestra mascota está gorda o ha sido
esterilizada, si no toma comida casera será más fácil hacer el cambio
por otro específico para cada situación.
¿Alimentos secos o húmedos, piensos o latas?
Existen alimentos de calidad en ambas presentaciones,
normalmente es más práctico y económico utilizar piensos secos, sobre
todo en animales de cierto tamaño.
Comida seca: Los piensos contienen más calorías y
son más económicos. También ayuda a mantener sus dientes libres de
sarro, el alimento húmedo se adhiere y queda atrapado entre los
dientes, favoreciendo la formación de placa bacteriana.
Comida de lata: Por su rico olor y sabor es más
apetecible, se utiliza especialmente con los felinos por su menor
tamaño (un perro grande necesitaría varios kilogramos de comida
enlatada al día) y delicadeza (algunos gatos pueden rechazar alimentos
por su olor, textura o temperatura). Tiene menos calorías que la seca
porque contiene un 70% de agua, lo que puede ayudar en algunas
situaciones, por ejemplo en las infecciones del tracto urinario.
¿Cuántas veces le debo dar de comer?
Lo primero que nos tenemos que preguntar es la frecuencia con que debemos alimentarlos
Los perros deberán comer cuatro veces al día hasta los
cuatro meses, tres veces al día hasta los ocho meses, dos veces al día
hasta el año y medio. A partir de esa edad podemos mantener las dos
comidas o reducirlas a una si fuera necesario.
Los gatos deben comer 3 veces al día hasta los seis meses y posteriormente será suficiente con 2 veces al día.
Es preferible marcar un horario de comida y ceñirse a él,
pero si decidimos proporcionar al animal comida disponible en todo
momento para que él mismo se auto regule deberemos controlar que no
empiece a ganar peso. En el caso de tener varias mascotas deberemos
alimentarlos bajo un horario y vigilar que todas coman sus respectivas
raciones.
En el siguiente apartado te explicamos cómo alimentar a un
gatito recién nacido que ha sido abandonado y no tiene a su madre para
cuidarlo.
La edad
Siempre debes dar a tu mascota la comida que corresponda a
su edad, hay alimentos para cachorros con menos de seis meses de vida,
para mascotas entre seis meses y un año… para animales geriátricos.
Las opciones son variadas y se comercializan productos cada vez más
específicos.
Cuando el animal es cachorro o anciano es más importante
darle la mejor alimentación que puedas pagar para que se desarrolle y
se mantenga sano. Durante la etapa adulta obviamente también es
preferible darle lo mejor, pero si no quieres pagar un pienso de gama
alta consulta a tu veterinario para escoger uno más económico y que
ofrezca una calidad aceptable.
Un caso especial, por desgracia frecuente, es tener que
alimentar a un gatito recién nacido y abandonado. Debes saber que solo
podrás alimentarlo con leche del tipo materna, para que el animal la
pueda procesar, pero en caso de emergencia la leche desnatada
funcionará.
Si no encuentras biberones de su tamaño lo mejor es
alimentarlo con una jeringa pequeña sin la aguja. Presiona la jeringa
lentamente para que el animal beba hasta quedar satisfecho.
Si el gatito es menor a 15 días debe comer cada 3 horas, si
tiene entre 15 días y un mes, cada 4 horas, si tiene entre un mes y
mes y medio cada 5 o 6 horas.
A partir del mes puede empezar a tomar la leche en un plato
y al mes y medio se les puede incorporar alimento sólido mezclado con
leche o agua tipo papilla.
Es muy importante que lo estimules para que defeque y
orine, pues ellos solos no pueden. Su madre es la encargada de lamer su
área genital para producir el estimulo, empapa un poco de algodón con
agua tibia y pásala por sus genitales y su ano, si no lo haces el
gatito corre peligro de morir.
La raza
Aunque el factor más importante a considerar es el tamaño
de la raza, actualmente existen alimentos que cuidan otros aspectos
como aparato digestivo, respiratorio, piel, pelo…
Los perros grandes y corpulentos precisan de un pienso muy
digestivo y que les aporte la cantidad justa de energía, con el fin de
mantener su peso ideal para evitar sobrecargar sus huesos y
articulaciones. La alta digestibilidad evitará las comidas copiosas
disminuyendo el peligro de padecer problemas estomacales como las
torsiones de estómago.
El perro de gran tamaño a partir de los seis años comienza a
mostrar signos de deterioro físico como las dolencias articulares, es
el momento de ofrecerle un alimento de alta gama específico con el fin
de procurarle una adecuada calidad de vida en sus últimos años.
Las razas más pequeñas necesitan bolas o croquetas de pienso seco con
una forma y tamaño especiales para mandíbulas pequeñas, esto les
ayudará a eliminar el sarro, pues tienen más tendencia a acumularlo en
sus dientes, lo que se traduce en problemas dentales y mal aliento en
el perro. En caso de alimentarlos con alimento húmedo, conviene
alternarlo con un pienso seco de alta gama para canes pequeños.
Las razas de perros braquicéfalos o chatos tienden a
regurgitar la comida, su tráquea es demasiado corta, también suelen
presentar una incorrecta oclusión de su mandíbula que les impide
masticar bien el alimento. Las marcas comerciales han fabricado una
modalidad de pienso con la particularidad de que sus bolas tienen forma
triangular que permite al perro masticarlo con más facilidad.
Algunas razas tienen un estómago propenso a irritaciones que
les provocan vómitos, dolor o malestar, como por ejemplo el Border
Collie. Se han formulado piensos con proteínas de alta calidad que
favorecen el equilibrio de la flora intestinal.
Otras razas son propensas a las irritaciones cutáneas, como
por ejemplo el Shar pei, por lo que sus piensos están formulados con
nutrientes que protegen su piel, como los ácidos grasos omega 6 y 3.
El estilo de vida
En cuanto a la cantidad de las porciones es importante que
consultes a tu veterinario al respecto, sin embargo debes saber que
esto variará en función al tamaño y la actividad física de tu perro, si
sale a correr todos los días, si quema muchas calorías, si es más bien
sedentario, entre otros factores.
Lo correcto es que una vez elegido el alimento lo pruebes
durante unos dos meses. Una dieta que aporta una buena nutrición y la
energía suficiente contribuye a una ganancia de peso normal o a su
mantenimiento, a una piel saludable, un pelaje sano y brillante, un
volumen fecal normal y consistente y, sobre todo, contribuye a la
vitalidad del animal.
¿Qué alimentos elegir?
Existen alimentos equilibrados en una gran variedad de
presentaciones (secos y húmedos) y sabores (arroz y cordero, salmón,
sabores gourmet, etc.), dirigidos a diferentes etapas y edades
(destete, cachorros, jóvenes, adultos, gestantes, con necesidades
especificas de alimentación, etc…), según el tamaño que tendrá de
adulto (raza pequeña o grande) y por estilo de vida (deportistas,
activos o sedentarios).
Se hace un poco difícil compararlos para determinar cuál es
el mejor para tu mascota. Si existe alguna enfermedad que requiere
una alimentación determinada, la elección se hace simple pues hay menos
opciones, pero ¿cómo saber cuál escoger para una mascota adulta sana?
Lo primero es tener en cuenta los factores mencionados
anteriormente: edad, raza y estilo de vida. Luego evaluar la calidad,
precio, digestibilidad y palatabilidad.
Calidad
Para comparar la calidad hay que aprender a leer las
etiquetas, verás que hay muy poca diferencia entre las distintas marcas
en el porcentaje de proteínas, grasas, hidratos de carbono, calcio,
etc… La diferencia está en los ingredientes. Las empresas están
obligadas a listar los ingredientes por orden según la cantidad que hay
de cada uno, entonces un alimento de buena calidad tiene en los
primeros lugares carne, pollo u otra proteína de origen animal.
Precio
El precio parece muy fácil de comparar, pero debemos hacerlo
sin olvidar la calidad. Cuando los ingredientes son de mejor calidad
el precio forzosamente aumenta.
Como en el precio influyen los gastos de publicidad, de
investigación, de almacenamiento y transporte podemos elegir opciones
muy interesantes de productos elaborados con todo cuidado y
responsabilidad que se comercializan en forma directa y son por ello más
económicos.
Ten cuidado con los piensos baratos, si los ingredientes no
son buenos además el alimento no se digiere bien y deberás dar a tu
mascota porciones más abundantes, lo que hace que cada saco rinda menos
que otro de mejor calidad.
Digestibilidad
La digestibilidad es también muy importante a la hora de
comparar piensos, y esto nos lleva nuevamente a la calidad de
ingredientes y a leer las etiquetas. Que un alimento sea digestible
quiere decir que el aparato digestivo puede absorber todos los
nutrientes y por tanto queda poco residuo. Esto se nota a simple vista
por la cantidad de materia fecal que el animal produce. Mucha materia
fecal igual a baja digestibilidad, es decir que de todo lo que el
animal come, es poco lo que realmente puede aprovechar. Si tu mascota
come un pienso muy bueno y defeca mucho o con consistencia blanda,
entonces puede tener algún trastorno intestinal y mejor llevarlo a ver a
su veterinario.
Palatabilidad
Por último debemos considerar la palatabilidad, es decir lo
apetecible que es el alimento para tu mascota. Aquí es ella quien
decide qué le gusta y qué no. Dale a elegir los alimentos que ya has
seleccionado como muy buenos y escoge finalmente el que más le guste.
¿Qué alimentos debo evitar?
Los perros son mamíferos carnívoros, pero miles de años de
adaptación a una vida junto a los humanos los han convertido en
omnívoros.
El gato también es un carnívoro, en su alimentación son
indispensables los nutrientes de origen animal, su metabolismo necesita
una gran cantidad de proteínas y grasas procedentes tanto de carne
como de pescado. Pero debemos tener en cuenta que carece de la
capacidad de otros animales para eliminar las sustancias tóxicas que se
acumulan en su hígado.
El organismo de los perros y gatos no es igual al de un humano, hay ciertos alimentos que no deben comer:
Leche: Usarla con precaución y en poca cantidad, a la
primera reacción adversa (vómitos, diarrea…) dejar de dársela. Muchos
perros y gatos presentan intolerancia a la lactosa.
Chocolate: Contiene teobromina que causa intoxicación
en el organismo del perro o gato y puede ser fatal en grandes dosis.
Provoca aceleración del ritmo cardíaco, diarreas, vómitos y en las
intoxicaciones graves fallos sistémicos, coma e incluso la muerte. En
los animales la teobromina se elimina muy lentamente de su organismo,
el chocolate negro contiene mucha más cantidad de teobromina.
Golosinas: Tienden a formar sarro en la dentadura del
perro y les hacen propensos a la diabetes. Existen golosinas
especiales para ellos.
Huesos: En especial los de pollo. Al ser triturados
pueden formar esquirlas con puntas muy agudas, las cuales pueden
perforar el esófago, intestino o recto provocando hemorragias internas,
infección y también atascos intestinales.
Alimentos caseros: Evitar los alimentos con exceso de
grasa o muy condimentados, los perros y gatos son especialmente
sensibles a la sal, pimienta, chile, ajo… En el caso de dieta casera
debe ser comida especialmente preparada para ellos, nunca recurrir a
las sobras.
Tomate: No es recomendable.
Cebolla: La cebolla, los cebollinos y los puerros
contienen tiosulfato, un componente que provoca en perros y gatos la
destrucción de sus glóbulos rojos, anemia hemolítica, y problemas
respiratorios. Otra parte de esta verdura que resulta tóxica para el
gato son los brotes verdes (similares a tallos) que crecen en ella. Si
su mascota ha comido cebollas llévela inmediatamente al veterinario. El
ajo tampoco es conveniente.
Las vísceras del pescado (gatos): la ingestión
excesiva de vísceras de esta carne crudas puede provocarle parálisis o
rigidez muscular (parálisis de Chastek). Las visceras contienen un
componente que destruye la vitamina B1, y esa carencia provoca la
parálisis en los músculos
Pasas, uvas y frutos secos: Totalmente desaconsejados en animales, provocan fallos renales, vómitos, diarreas y problemas digestivos.
Alcohol, Café o Té: No forman parte de la dieta
natural de nuestras mascotas y su organismo no está preparado para
metabolizarlas. Especialmente el felino, ya que carece de la capacidad
de otros animales para eliminar las sustancias tóxicas que se acumulan
en su hígado. Pueden provocar trastornos en el sistema nervioso y
cardíaco, vómitos y diarreas.
Cuidado con el Pescado: las espinas pueden producir
perforaciones en el esófago y obstrucciones intestinales. El pescado
crudo contiene un parásito llamado anisakis que puede provocar molestias
estomacales. Especial cuidado con el atún en los gatos, es una carne
que carece de un aminoácido esencial llamado taurina, fundamental para
el correcto funcionamiento del metabolismo felino. Su uso continuado
puede provocar trastornos cardíacos, no abusar de él.
Cuidado con las grasas: Los embutidos y los
aguacates contienen una elevada cantidad de grasa que podría
provocarles una pancreatitis, especialmente a los gatos.
Cuidado con el azúcar: Los productos azucarados son perjudiciales para la salud del animal y los productos azucarados con xylitol son tóxicos.
Cuidado con la sal: Los embutidos y algunas carnes
tienen una gran concentración de sal y pueden provocar hipertensión y
otros problemas sistémicos.
Cuidado con las plantas: Muchas de ellas son tóxicas para nuestras mascotas. Los lirios, rododendros, adelfas, la flor de pascua, la hiedra o el acebo.
Mi perro está gordo ¿Qué hago?
Al igual que nosotros, tu perro debe comer con horarios regulares y hacer ejercicio diariamente.
Los alimentos secos especifican la cantidad de comida que
se le debe dar al perro dependiendo de su peso y edad. Sigue estas
indicaciones y divide esa cantidad en 1 ó 2 veces al día para adultos o
2 ó 3 veces al día para cachorros. Ten en cuenta que algunos perros
comen mucho y no engordan, pero otros parece que engordan con el aire.
Fuera de sus horarios de comida el perro puede recibir
premios exclusivamente hechos para perros, sin azúcares, sales ni
grasas (prueba con pedacitos de zanahoria).
Aprovecha los premios para jugar y hacer ejercicio con tu
perro: sentarse, echarse, dar la pata, quedarse quieto, saltar, caminar
en dos patas…
Recuerda cambiar el tipo de pienso cuando tu perro deje de
ser cachorro, la comida para cachorros es rica en grasas y proteínas
que pueden hacer que tu mascota engorde.